Tuesday, 17 December 2019

Los Renglones torcidos de Dios de Torcuato Luna de Tena


Una detective de nombre inglés ingresa en un hospital psiquiátrico de España de la mano de un hombre al que no volverá a ver vivo.

Ese es el principio de una novela extraña, apasionante y a la vez turbadora; exagerada e inverosímil por momentos; un policial decididamente diferente.

Dos historias encierra el texto para mí. Una la de una dama que va cayendo en lo más profundo de su enfermedad, con un final que no me termina de cerrar. Otra, la de una pobre mujer, amada y admirada pero condenada al fin.

Si bien la novela no me termina de gustar, debo confesar que leí sus casi 500 páginas en sólo tres días, lo que me hace pensar que tan mal no estará….Me gustan las anticipaciones que hace el narrador, como pistas en una pesquisa, sólo que referidas a síntomas de enfermedades. Cómo maneja el suspenso (si bien el gran climax al que llega cae malograda y estrepitosamente en el anteúltimo capítulo a mi gusto). Y ese misterio inicial –de quién es la mano que la acompaña, y por qué no volverá a ver vivo a ese hombre. También me gusta el juego de nombres de la protagonista: Alice Gould la investigadora, Alicia de Almenares la interna.

Y todos esos otros renglones torcidos de Dios….una metáfora tan hermosa como triste.

Thursday, 5 December 2019

Ácido sulfúrico



Ácido sulfúrico de Amélie Nothomb no es un libro fácil. El ácido del título corroe la trama y sus personajes de principio a fin. Es una distopía que no pone en el centro a la política y las instituciones sino al entretenimiento y las masas. No impone un nuevo orden social a sus personajes, salvo a aquéllos que deben “jugar” en el reality “Concentración”.

Pannonique, la heroína, se convierte en líder casi sin darse cuenta. Cuando lo descubre, se siente con poder para salvar a todos, aunque luego descubre que no es así. Pannonique es de pocas pero fulgurantes palabras. Se niega a ceder lo que aún le queda: su dignidad, su nombre. Y aunque en un principio pensé, recordando aquel famoso discurso de Julieta Montesco (quien se pregunta qué hay en un nombre, si una rosa con cualquier otro nombre olería igual de dulce) que su actitud era de terquedad, luego me dí cuenta de que son dos situaciones muy diferentes. Julieta ama a aquél que lleva el nombre de su enemigo, y sin embargo no es su enemigo. Pannonique ha pasado por el intento de eliminar su identidad al haberle sido dado un código, un nombre que no le pertenece, aunque sea tan único como ella. No es el nombre lo que está en juego, sino lo que representa.

Las masas, como en un teatro del absurdo, replican exageradamente lo que ocurre con los realities: son devorados por algunos -aquí por una gran mayoría- y ocupan gran lugar en la prensa. Y cuanto más la prensa se rasga las vestiduras instando a que no lo miren y cesen las crueldades (la prensa también puede cambiar de opinión en el relato), más se agranda la cantidad de espectadores y la fruición con que miran Concentración.

Concentración que replica los campos de concentración nazis; que concentra gran cantidad de gente en un espacio híper-reducido; que concentra la acción en la brutalidad; que nos fuerza a concentrarnos y pensar para sentir lo que los protagonistas están viviendo.

El estilo de Nothomb es desnudo, frío, diferente. Introduce temas que luego parece no retomar. Hay que hacer un esfuerzo para adentrarse en la historia con profundidad, porque las palabras y las descripciones no abundan. Como no abundan las acciones ni las palabras en el juego para los jugadores, quienes podrían estar reviviendo el mismo día todos los días, tanta es la rutina. Hasta que aparece Zdena y sus chocolates, el recuerdo de los campos de concentración y las técnicas para no deshumanizarse por completo. ¿Es Concentración un reflejo de parte de nuestra sociedad? Quizás.